domingo 15 de julio de 2018 | 1:00hs.
En un escenario de incertidumbre socioeconómica, de pérdida de puestos
de trabajo y precios por las nubes, el estrés empieza a resentir la
salud y las relaciones, señalan especialistas en salud mental
consultados por El Territorio.
Los medios de comunicación bombardean con novedades políticas atroces,
con la escalada del dólar, con la depreciación del salario. Y el
discurso de calamidades no se queda en las pantallas o el papel, sino
que salta a la vida cotidiana: en la mesa familiar, en las
conversaciones del barrio, en el colectivo, en el trabajo, en donde sea
aparece, la crisis como tópico ineludible.
Tanto batallar en la borrasca mella el ánimo y, depende de las
herramientas de cada cual, este desconcierto generalizado oscurece la
proyección del futuro y aparecen síntomas como falta de sueño, ansiedad,
tristeza, cansancio o desgano.
Señala el doctor Osvaldo Bosco Demarchi, psiquiatra y especialista en
sexología: “A esta altura del año todavía no aparece con fuerza el
cansancio laboral, que se siente a partir de octubre, pero sí en la
actualidad se está generando todo tipo de estrés a causa del sistema de
incertidumbre que estamos viviendo”. Apuntó: “La situación del país, la
situación económica, el tema del dólar, la gente que perdió su puesto de
trabajo, ciertas dificultades que se presentan, sin duda hacen que en
este momento se sienta realmente un estrés y que ya empieza a generar
distintas cosas dentro del propio cuerpo o dentro del estado de
conductas”.
Para el médico, el panorama de desasosiego “hace sentir que no se
disfruta más las cosas como antes, que la gente se despierta mucho antes
de lo que debería, que se siente bajoneada todo el día”.
Sin embargo, recomendó no exigirse ni sentir que se está en la antesala
de una depresión por tener unos días de tristeza, “tenemos que poder
aprender a sobreponernos a los problemas, a afrontar que estamos tristes
y a preguntarnos el porqué; darnos este permiso de sentir y de
reflexionar”.
Consideró que para prevenir el cansancio de final de año y el desánimo
-que son dos factores que pueden tener consecuencias físicas y
emocionales-, hay que saber diferenciar los tiempos, dedicar el tiempo
al trabajo, pero también al descanso, las horas de sueño son vitales
para el buen rendimiento y el funcionamiento del organismo y, a la vez,
es importante no perder los espacios de recreación.
Buenas herramientas para lograr el equilibrio en todos los roles de la
vida son hacer ejercicio regularmente, dormir al menos siete horas,
llevar una dieta saludable en lo posible, juntarse con amigos y tener un
pasatiempo.
“Hay cosas que podemos hacer que no requieren dinero, es cierto que en
una época donde se pierde el empleo, tenemos en la cabeza que podemos
ser los próximos. Pero hay que relajarse, sopesar bien las cosas y no
perder la perspectiva, no encerrarse. En Posadas tenemos la calle, el
verde de la naturaleza, el río, cosas para disfrutar y que no salen
nada”.
Aunque entendió que lo primero que hace el estrés es desalentar a salir,
“es como que se anda con una carga y que no permite disfrutar las
cuestiones sencillas que antes se disfrutaba, poder ver esto nos ayuda a
tener la fuerza para salir adelante”.
El sexo pierde
Indicó que es un momento en que muchas personas acuden a la consulta y
hay altos niveles de irritabilidad, lo que afecta a la persona que sufre
y también a su círculo.
“Una época de incertidumbre en cuestiones tan esenciales de nuestra vida
como es el ámbito del trabajo, de la economía se resiente todo, puede
afectar a las relaciones interpersonales y en el plano de la pareja
afecta al diálogo y a la intimidad, la gente tiene menos sexo, hay menos
contacto con la sexualidad, yo pienso que tenemos que tratar de seguir
disfrutando de la vida, y consultar con un profesional cuando la
situación desborda”.
Hace unos meses, la Fundación Cardiológica Argentina (FCA) llamó la
atención sobre que en “un contexto marcado por el aumento de las tasas
de desempleo, la reducción de los salarios, el recorte de pensiones y la
disminución de los niveles de satisfacción de vida, sumados a menores
presupuestos en áreas de atención sanitaria y bienestar social, es capaz
de causar serias consecuencias en términos de salud de una población” y
pidió que se garantice el acceso a la atención.
Opinión
La incertidumbre: ¿cómo influye en el ánimo?
Lic. Gisela Encina Presidente del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Misiones
La incertidumbre se refiere a lo incierto, lo desconocido o poco claro,
lo cual implica no estar seguro sobre algo. Ahora bien, toda situación
externa o interna al individuo que genere esta sensación de
incertidumbre es muy probable que lo conecte con sus inseguridades,
miedos, enojos, tristeza y ansiedad; estas últimas emociones pueden a su
vez conectarnos con pensamientos de tipo negativos o catastróficos con
respecto al futuro o al presente que nos toca vivir.
En estos tiempos de crisis económicas hay un fuerte correlato entre las
mismas y la demanda de atención psicológica y por lo general son las
instituciones públicas, hospitales o Caps, las que absorben una enorme
demanda de atención, lo cual pone en evidencia la importancia del
profesional psicólogo en el campo de la salud mental. En estos espacios,
tanto públicos como privados, se recepcionan problemáticas como:
depresión, trastornos de ansiedad, adicciones, conductas límite,
adicciones, entre otros.
La actual incertidumbre social y económica puede generar desesperanza,
como así también, puede generar grandes posibilidades de un cambio de
perspectiva con respecto a nosotros mismos, a nuestras capacidades y
habilidades que no podrían haber salido a la superficie sin una
experiencia negativa. “Cuando te sentís cómodo con la incertidumbre,
infinitas posibilidades se abren camino en tu vida” decía Eckart Tolle.
La incertidumbre social y económica muy probablemente genere crisis
personales, de pareja, familiares, institucionales o comunitarias, con
el consecuente impacto que ello produce; pero estas mismas pueden
también convertirse en una gran oportunidad para generar nuevos
proyectos. Ya lo decía Enrique Pichón Riviére, un reconocido introductor
del Psicoanálisis en Argentina: “En tiempos de incertidumbre y
desesperanza es imprescindible gestar proyectos colectivos desde donde
planificar la esperanza junto a otros”. Algunas claves para manejarnos
con comodidad en la incertidumbre son: aceptar que la incertidumbre es
parte de la vida y que errar es humano, aprender a gestionar la
intensidad de las emociones que nos resultan perjudiciales, dejar de
lado la procastinación y animarnos a poner en marcha esos proyectos en
los cuales tanto pensamos.
Por Silvia Godoy sociedad@elterritorio.com.ar