En Garupá los vecinos dicen que escucharon varios balazos

En Garupá, la mayoría de los vecinos que viven cerca del ex bailable 622 escuchó disparos el martes a la tardecita, previo al atropellamiento de Sotelo. Unos hablan de dos, otros de entre tres y cuatro y otros, hasta de seis o más.
Esto le daría sustento a la teoría de la familia, que sostuvo que al acusado le habrían disparado durante su persecución en el monte y que, tal vez, malherido, cayó debajo las ruedas del camión que finalmente le pasó por arriba.
En la víspera, El Territorio regresó a la zona donde se desarrolló el operativo y la confirmación de que el acusado de haber cometido el ataque en perjuicio de una niña de 6 años en Pozo Azul tenía un proyectil en la espalda generó temor, sobre todo por la magnitud del caso y las distintas aristas que surgieron en las últimas horas.
Desde el anonimato, varios contaron que vieron a Sotelo correr en dirección a la ruta y detrás suyo a varios uniformados de distintas divisiones policiales. En ese contexto, “se escucharon disparos. Yo justo volví de mi trabajo a esa hora, me senté a almorzar y noté el movimiento que salió a la ruta, con el pibe corriendo adelante y todos atrás”, recordó Carlos Castillo.
Dijo en ese sentido que “todo pasó en cuestión de minutos y cuando el que murió saltó a la autovía, la gente empezó a salir para ver qué pasaba, porque era impresionante de policías que había. Muchos vieron el cuerpo tirado en la ruta pero después nadie comentó acá en el barrio que vio algo raro, o que alguna bala de esas le agarró al tipo”.
La propietaria de una despensa distante a dos cuadras de la ruta, también dijo haber escuchado un disparo. No quiso identificarse “porque nos quedamos con mucho miedo después de todo lo que pasó y no queremos tener problemas con nadie”, pero aseguró que “ese día escuché un disparo, vi a muchos policías corriendo para el lado de la ruta por lo que me apuré en cerrar el negocio. Estaba re asustada, se hablaba de que el tipo que estaba prófugo era peligroso por eso desde el domingo la gente ni salía de sus casa si no era por necesidad”.

Estaba ensangrentado
Entre los testimonios recogidos, se destaca el de Claudia Cristaldo. Su hijo atendía el comedor de la  familia cuando Sotelo llegó para comprar una gaseosa. Fue ella quien avisó a por teléfono sobre su presencia en el lugar y, si bien no escuchó disparos, aseguró que tenía manchas de sangre en la camisa que llevaba puesta.
“El señor tenía camisa blanca, mi hijo me contó que estaba sangrando e inmediatamente avisamos a la Policía que apareció. Desde el domingo, todo el lunes e incluso el martes estaban los efectivos acá, todos armados. Me enteré por los vecinos que hubo disparos pero yo no escuché nada, ya que estamos lejos de la ruta”, sostuvo.