El Ministerio de Seguridad analizará los restos óseos

La búsqueda para conocer la verdad sobre lo que le sucedió a Manuel Ifrán sigue mediante el incansable impulso de sus cinco hijos, quienes nunca dejaron de insistir y aún hoy hacen colectas para pagar representantes legales y viajes a Buenos Aires.
El hallazgo de huesos y el posterior reconocimiento de las prendas de vestir en el barrio Cocomarola Oeste significó un punto de quiebre en la investigación, puesto que todo hace indicar que se trataría del anciano. 
Sin embargo, esos elementos aún no son suficientes para la Justicia, que necesita una comprobación científica: un estudio que confirme que los huesos pertenecían al jubilado, aunque sean solamente huesos y no haya partes blandas.
En este contexto, El Territorio pudo confirmar mediante sus fuentes que desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se pusieron en contacto con la Justicia misionera y ofrecieron sus profesionales para el análisis de esos vestigios.
La calidad de los profesionales y la tecnología con la que cuentan podrían acercar a la verdad aún más y así poner fin al misterio que fue seguido muy de cerca por gran parte de la comunidad misionera.
El Ministerio es el que administra el Sistema Federal de Búsqueda de Personas, registro donde ingresó el posadeño luego de un año de su desaparición, lo que permitió ofrecer una recompensa de 250.000 pesos.
Según se detalló, desde la cartera que dirige Patricia Bullrich decidieron intervenir  cuando se dio a conocer a través de los medios - se informó de forma exclusiva en El Territorio- que las ropas fueron reconocidas por los hijos.
Los análisis que se mandaron a hacer podrán anteriormente podrían indicar a una fecha de muerte o tiempo durante el cual estuvo el cuerpo en el sitio, aunque teniendo en cuenta el deteriorado estado de las prendas de vestir, se especuló que podría haber estado alrededor de un año.
Además se debe indagar sobre las causas del fallecimiento, si fue violenta o no, aunque a priori la evidencia recolectada al momento indica que se trató de una muerte natural.
El Ministerio aún no intervino -se aclaró- porque también está en una especie de receso, según dijeron los voceros.
En tal sentido, aún no se definió si el equipo vendrá a Misiones o los restos óseos serán trasladado a Buenos Aires.
En cuanto a la investigación, como ya adelantó este medio, las actuaciones del Juzgado de Instrucción Dos, a cargo de César Yaya, fueron remitidas al juez Balor, quien es el magistrado que atendió la denuncia por desaparición de persona del anciano.
No hubo mucho margen de acción, puesto que el informe policial se envió poco antes de la feria judicial. Sin embargo, el magistrado ya se había adelantado unas medidas, que fueron incorporadas.
Balor citó a un mecánico dental que atendió a Manuel Ifrán y le pidió registros sobre los trabajos del profesional al jubilado. Sin embargo, Éste dijo que no tenía  esas fichas, por lo que el reconocimiento mediante piezas dentarias quedó trunco. 

Periplo
El paradero de Ifrán es un misterio desde las 2 de la madrugada del miércoles 12 de abril del año pasado, cuando salió de su domicilio ubicado sobre la calle Oberá 7241, del barrio Mini City.
Su periplo también es desconocido, aunque seis kilómetros y medio separan su propiedad del lugar donde encontraron el mencionado esqueleto, no en camino recto, sino pasando las avenidas Alicia Moreau de Justo, Cabo de Hornos y Cocomarola, dejando atrás algunos barrios de Iprodha y la EBY.
Salió acompañado de su perrita Lali, por lo que al mes de búsqueda, la sorpresiva aparición de la mascota (11 de mayo de 2017) supuso una intensa luz de esperanza.
El olfato de la mascota del septuagenario orientó otra vez hacia el Este posadeño y en alrededor de 20 días caminaron en ese gran espacio que ahora pretende ser urbanizado, pero en ese momento era prácticamente intransitable  por el gran malezal que había.
Allí se hallaron restos del esqueleto el jueves 17 de mayo. Ahora se espera la confirmación que sea el anciano, lo que cerraría, de la manera que nadie quería, una larga búsqueda.