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El joven rubio y alto cruzaba todas las semanas el Paraná

domingo 13 de agosto de 2017 | 6:00hs.
Carlos y Mirta, hijos del escritor Augusto Roa Bastos recuerdan cómo fue vivir en el exilio.
Alfredo Stroessner no venía de una familia de la alta sociedad. Su papá fue definido como un alemán errante que llegó a este punto del mundo por otros caminos que sí lo hizo la mayoría de los inmigrantes que fueron llegando entre 1870 y 1936 a Paraguay.
El historiador y escritor paraguayo Julio Sotelo es quien investigó lo que poco se dijo ni trascendió, al menos, de manera oficial ya una vez que se convirtiera en el presidente de Paraguay. “El papá sabía hacer de todo, era un alemán…”, dijo, resaltando las habilidades de quien además debía ganarse la vida como sea.
Sotelo no dudó en afirmar a El Territorio que el niño Alfredo cursó los estudios primarios en la Escuela Alemana de Encarnación, situada en el barrio Hospital y logró certificar que efectivamente hizo el quinto y sexto grado entre los años 1922 y 1923.
Stroessner hijo había nacido en noviembre de 1912 en Encarnación y sobre en dónde cumplió con los estudios secundarios se tejieron varias hipótesis. Pero Sotelo aseguró que lo hizo en la Escuela Normal de Posadas teniendo en cuenta que por entonces en tierras vecinas a la creciente Posadas, no existía institución alguna que ofreciera o asegurara la educación secundaria. O al menos, la buscada por entonces por la familia, ya que la Normal ofrecía la educación pública.
“El cruzaba todas las semanas el río. Los días de semana lo pasaba en Posadas para estudiar en la Normal y los fines de semana  volvía a Encarnación. Lo que no puedo asegurar, y es el eslabón que me falta, es en dónde se quedaba, en donde dormía y comía”.
Sí en cambio el historiador encarnaceno supo afirmar que la madre de quien décadas después se convertiría en el presidente de Paraguay, “fue regenteadora de un prostíbulo en el puerto posadeño”, un capítulo que trascendió con el paso de los años, como la actividad de la vieja Posadas en donde en la zona portuaria funcionaban varias de esas casas en donde los pobres trabajadores derramaban sus pocas fuerzas y míseros pesos en sexo y alcohol.

Años decisivos

Desde el año 1925, de acuerdo a las investigaciones del historiador, Alfredo, con 13 años, habría empezado a cruzar de seguido el río Paraná en balsa para estrechar los lazos que se cree hizo durante los años siguientes.  Entre 1926 y 1927 se debe decir en base a esas mismas líneas de retroceso en el tiempo, el adolescente Stroessner estudió en la Escuela Normal que por entonces ya cumplía 16 años de educación, lograda finalmente la creación y autorización de la presidencia de la Nación.
Si bien la historia no revelada establece que Alfredo debió abandonar la secundaria antes de terminarla, no hay precisiones de qué años completó o si alcanzó a tan siquiera hacerlo un año.
Lo cierto es que desde Asunción, las noticias no eran las mejores y era inminente el comienzo de la Guerra del Chaco.
“Necesitamos cadetes”, habría dicho, palabras más, palabras menos, el por entonces presidente de Paraguay José Patricio Guggiari, que al asumir en 1928, ese mismo año o al siguiente, ordenó alistar a cinco jovencitos que vivían en Encarnación. Y quienes recibieron la orden, sabían de Alfredo Stroessner, un adolescente alto, corpulento, rubio, de descendencia alemana. Era uno de los indicados, sin dudas.
Pero el papá Hugo dijo que le era imposible solventar los gastos que demandaba alistarlo al Colegio Militar, por lo que fue apadrinado por uno de los hermanos Barthe y al parecer también recibió la ayuda de su tío Vicente Matiauda, hermano de su madre Heriberta.
Finalmente y con 17 años, en 1929 ya estaba dentro del Colegio Militar.
Tres años después, estalló la guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia. La que duraría desde el 9 de septiembre de 1932 hasta el 12 de junio de 1935, por el control del Chaco Boreal.

En 2017 sin registros
El director de la Escuela Normal Mixta Estados Unidos del Brasil, Jorge Barchuk, se sorprendió ante la posibilidad de que el dictador paraguayo haya sido alumno de la Normal por esos años. Pero haciéndose de su tiempo, recurrió a los registros históricos de la institución. “Nada, revisamos de todas formas posibles y no hallamos nada que indique que haya cursado acá”, dijo a El Territorio, aunque el propio Barchuk estimó que “eso tampoco podría decir que no pasó por la institución, por ahí al haber abandonado quizás no fue registrado como tal y ahora no hay datos de eso. Se registraban quienes completaban un año. Y luego si se anotaba para el siguiente, siempre y cuando lo haya terminado…”.
Al no haber certeza de su abandono, hasta el momento los registros no revelaron lo que el historiador Sotelo dijo sobre esos años entre el final de la primaria y el llamado de su país para pelear contra los bolivianos.
El mismo Barchuk añadió que, siempre de acuerdo a versiones contadas por antecesores, es probable que Alfredo Stroessner haya estudiado en el Colegio Roque González, pero en la institución de Encarnación, teniendo en cuenta que ya eran del mismo Verbo Divino. Las autoridades de ese colegio posadeño también investigaron y no hallaron nada. Y en el Colegio Nacional, otras de las versiones, tampoco existen registros al respecto.

En la calle Ayacucho
El también historiador paraguayo Lino Escobar, en gentileza con este diario, dijo tener fuentes orales al respecto de la vida de aquel adolescente Stroessner.  Lino afirmó que su padre, Victoriano, recibía con frecuencia al futuro soldado y presidente paraguayo, en la casa que tenía sobre la calle Ayacucho, a la altura de la calle Salta actualmente.
Pero esas visitas, para el historiador, se habrían dado en décadas siguientes a las que Alfredo habría estudiado en Posadas, por lo que para el propio Sotelo no habría forma de que eso haya ocurrido por el simple hecho de que una vez terminada la Guerra del Chaco, su carrera como militar siguió creciendo.
Pero esas visitas a la casa de la calle Ayacucho, bien pudieron haber sucedido antes de iniciarse la guerra o incluso antes de alistarse al Colegio Militar.


Roa Bastos y otro lazo posadeño El célebre escritor paraguayo Augusto Roa Bastos debió abandonar Paraguay en el año 1947, cuando tenía 30 años. Casi de la misma edad que Alfredo Stroessner, el escritor que “siempre escribió contra el poder o los poderosos”, en realidad, sufrió dos persecuciones, resistió como pudo a dos exilios, según dijo su hija Mirta Bastos a El Territorio, en la reciente visita que hizo junto a su hermano Carlos, para asistir a los homenajes por el centenario del nacimiento de quien recibiera el premio Cervantes en el año 1989.
“A él lo buscaban vivo o muerto”, dijo Mirta, tuvo que huir. Y se fue a Buenos Aires, en donde según la hija “vivir en el exilio es un permanente condicionamiento de soledad”.
Pero de Argentina también tuvo que huir. Fue a Francia y de Francia a España. “Las novelas hacían mención a todos los poderosos, a Stroessner, sin mencionarlo…”.
Si bien su obligada retirada de su país fue poco antes de la década del 50, recién en 1982 Alfredo Stroessner le mostró sus dientes. “Él cada tanto visitaba Asunción, sus amigos, sus familiares y salía en algunos diarios y así fue que Stroessner un día vio una de esas publicaciones y dijo algo así como ¡pero cómo, este bolchevique sigue acá!...”.
Mirta dijo que su papá fue detenido y despojado de sus documentos y al parecer fue expulsado del país a través de la frontera con Clorinda, en la provincia de Formosa.


Barón, padrino médico e intendente Relatos de la época, refiere que el Barón y médico, Alfredo Coppens D’Ekembrugen llegó a Encarnación en 1909. Llegó a estas tierras con el fin de exportar maderas a Europa, también instaló un consultorio en Villa Baja. Pronto sería nombrado intendente local. Un año después de su llegada, en 1910 llega a su consultorio una pareja con una niña pequeña que había injerido kerosene. El médico le practicó un lavaje de estómago y la salvó.
Los padres de la menor, le pidió que además de asistir al próximo parto (la mujer estaba grávida). Al poco tiempo fue bautizado y llevó el nombre del médico: Alfredo.
Según el certificado de nacimiento belga se llamaba Alfred. Ese niño llegaría a ser presidente del Paraguay.


Por Mauro Parrotta
miparrotta@hotmail.com

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