“El 95 por ciento de los abortos son inseguros en Sudamérica”

sábado 21 de abril de 2018 | 6:00hs.
La semana entrante continuará el debate sobre las propuestas para la legalización el aborto en el país.
La semana entrante continuará el debate sobre las propuestas para la legalización el aborto en el país.
La Asociación Civil Fusa realizó ayer la jornada “Aborto: experiencias y herramientas para un abordaje académico-científico”, en la que especialistas de Argentina, Uruguay y de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (Figo) y la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) aportaron estadísticas y análisis al debate legislativo para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo. A su vez, la Iglesia volvió a pronunciarse en contra de la legalización del aborto (ver Por la tutela...).
“Compartimos los saberes para que las personas tomen decisiones informadas, por eso nos reunimos representantes del ámbito científico, académico, sociedades médicas,  universidades, organizaciones sociales para hacer nuestro aporte en el acceso al derecho al aborto”, dijo la médica Sandra Vázquez, directora ejecutiva de Fusa.
El doctor Pío Iván Gómez Sánchez, miembro de Figo y asesor médico de la IPFF, aportó datos obtenidos por las entidades en las que participa. Contó que el 95 por ciento de los abortos son inseguros en Sudamérica, convirtiendo a la región en uno de los lugares donde más se afectan los derechos sexuales de las mujeres.
Compartió que entre el 75 y el 80 por ciento de los embarazos no son planeados en América Latina, habló del rol de los médicos para acompañar y respetar la decisión de la mujer de ser o no madre, y resaltó que “cada mujer que aborta es distinta”.
“Restringir el acceso al aborto, no minimiza el aborto. La educación sexual falla y los anticonceptivos también, entonces, siempre habrá abortos”, aseveró el profesional.
Consideró que Argentina “se merece dar el paso al mundo desarrollado garantizando el derecho al aborto. Los países con leyes liberares y no restrictivas son los más desarrollados”.
Por su parte el doctor Leonel  Briozzo, ex subsecretario del Ministerio de Salud Pública de Uruguay, identificó los logros obtenidos por el país desde la sanción, en 2012, de la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. “Disminuyeron la mortalidad materna, Uruguay está segunda, en la estadística americana, entre los países con menor índice de muertes maternas, por debajo de Canadá; la morbilidad materna, la mortalidad infantil, la prevalencia de aborto, el embarazo no deseado y el tabú social”, señaló el especialista. Las mujeres “tienen el poder de decidir con información calificada”, destacó el galeno.
En tanto, Fabián Portnoy,  a cargo de la Coordinación de Salud Sexual, Sida e ITS del Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expresó que “mantener el aborto criminalizado es ineficaz, condena a las mujeres pobres con consecuencias para ellas, su entorno y el sistema de salud”. Compartió que “en todos los hospitales porteños y en 43 de las 47 salas de salud, se hizo al menos una IVE durante 2017, siguiendo el protocolo vigente. Pero necesitamos la ley”.
A su turno, Mariana Romero, del Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes), analizó la encuesta que la organización realizó con Amnistía Internacional en marzo de este año, que entre otros datos reveló que seis de cada diez personas están a favor de la despenalización.
También expusieron Pablo Barbero, del Centro Nacional de Genética, que pidió una ley “que evite la actual inequidad que existe en el acceso al derecho al aborto”;  Daniel Teppaz, de la Red Argentina por el Acceso al Aborto Seguro (Reddas), que resaltó “necesitamos un sistema que garantice el acceso a todas las mujeres y que no quede ligada a la interpretación subjetiva de algunos profesionales, donde las que pierden son las más vulnerables”, junto con Florencia Luna,  especialista en Bioética e Investigadora independiente del Conicet, que bregó por “un mayor compromiso de ciertos sectores médicos”.
Recordó: “No estamos en una teocracia, vivimos en una democracia donde se debe legislar a favor de todos y todas. La tolerancia implica deslindar el ámbito privado y el público. En ese último tenemos que pensar en todas mujeres”.
Al final de la jornada, realizada en el anexo del Senado, los expositores intercambiaron ideas con legisladores, asesores parlamentarios, profesionales de la salud, funcionarios del área de Salud Sexual y Reproductiva de Caba, provincia de Buenos Aires, Tucumán, Santa Fe y Tierra del Fuego, miembros de entidades médicas y científicas, organizaciones sociales y de la Campaña por el Aborto Legal Seguro y Gratuito.

Por la tutela de la vida
Los obispos católicos advirtieron que “una Nación democrática,   moderna y progresista, debe tener la capacidad, el ingenio y la creatividad, de buscar soluciones nuevas que resuelvan los problemas, sin necesidad de matar o interrumpir vidas de seres humanos”, al mostrarse una vez más en contra de los proyectos de despenalización del aborto. “Alentamos a nuestros legisladores a que se atrevan a soñar una Argentina más grande, superadora de recetas de cuarenta años atrás y a que sean capaces de proponer leyes innovadoras que tutelen tanto la vida y los derechos de la madre como la vida y la dignidad del hijo. Nos duele que algo tan grande y esencial como defender la vida nos pueda enfrentar o dividir todavía más.
Este momento histórico nos exige luchar codo a codo por los más frágiles de nuestra querida Argentina”, señaló el Episcopado.
Los prelados se expresaron de esa forma a través de una declaración en el marco de una asamblea plenaria de los obispos de todo el país.
Señalaron que se unen a “todos los argentinos, sean o no creyentes, que defienden la vida humana desde la concepción. Agradecemos a  tantas ciudadanas y ciudadanos que con sus testimonios, argumentos y acciones se destacaron en estas últimas semanas como apasionados defensores de toda vida humana. Ellos son los grandes protagonistas”, afirmaron. “¡Ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos, que no se los neguemos a los más débiles y vulnerables!”.
“Vale toda vida. Aún hay mucho por hacer para acompañar y ayudar a las mujeres que viven un embarazo inesperado, en malas condiciones (desnutrición, diabetes, otras dificultades obstétricas no controladas debidamente, situaciones de violencia). Muchas de estas realidades tienen que ver con la pobreza no resuelta”, afirmaron.