Denuncia que le prendieron fuego dos vehículos en un año
Uno de los principales damnificados de la delincuencia que azota al barrio ubicado en cercanías a la “costanerita” detrás del arroyo Zaimán es Walter Rodríguez (42), quien tiene un kiosco y una panadería en el barrio hace más de quince años.
Al hombre ya le habían prendido fuego una camioneta Peugeot que utilizaba para realizar los repartos de sus panificados. Sucedió a fines de 2015 y el rodado quedó inutilizable, la pérdida fue total.
Como si eso fuera poco, el calvario volvió a repetirse. El domingo a la mañana, Rodríguez volvió a ver cómo el fuego arrasaba con el automóvil Volkswagen Polo que le había regalado a uno de sus hijos y que estaba guardado en una vivienda ubicada a dos cuadras de su casa.
“El auto lo guardo acá en la casa de mi hijo menor. Él tiene 17 años y vive acá, pero el auto lo estaba guardando para mi otro hijo de 21 años que está viniendo de Buenos Aires justo”, relató.
Rodríguez aseguró que ante la visita de El Territorio fue la primera vez que se atrevió a observar con detenimiento lo que quedó del auto modelo 2008, que en el mercado tendría un valor de entre 80 y 90 mil pesos, aproximadamente.
“De la bronca y tristeza nunca siquiera vine a mirar cómo quedó. Se destruyó todo, no sirve para nada más. Lo único que puedo hacer es vender las partes que se salvaron, pero es muy poco. Ya ni el motor debe servir. El fuego se llevó todo y llegó a agarrar una parte de la casa, por suerte no avanzó porque puedo haber terminado en tragedia todo esto”, expresó el hombre.
Los vecinos coinciden en el reclamo de más presencia policial en el barrio. Todos los comerciantes y trabajadores que allí residen aseguraron que la cancha construida para esparcimiento de los jóvenes terminó transformándose en el epicentro de la inseguridad.
“Esta esquina parece tranquila, pero cuando avanza la noche se transforma en tierra de nadie. Acá no podés entrar porque te roban todo, te apuñalan por muy poco y los más grave es que son todos adolescentes, la droga los tienen a todos totalmente consumidos”, aseguró otro vecino que prefirió mantener en resguardo su identidad.
Rodríguez afirmó que el incendio de su auto fue por mera diversión de adolescentes que viven cometiendo hechos delictivos en el barrio. “El fuego lo apagamos entre nosotros nomás, a baldazos. Y los dos chicos que supuestamente hicieron esto se quedaron mirando mientras apagamos todo lo que hicieron”, dijo.
“Te picha, pero bueno, tampoco es el fin del mundo. Lo único que queda es seguir trabajando para volver a reponerse, pero cuesta y da bronca que te saquen así porque sí algo que conseguiste con tanto esfuerzo. Acá tiene que venir la Policía a atender más a los vecinos, nos sentimos muy solos en esta parte”, expresó Rodríguez con frustración.
Más casos de violencia en la zona
El barrio San Lorenzo está ubicado al margen de la avenida Cabo de Hornos, unos pocos metros antes de llegar al arroyo Zaimán. A sus alrededores están los barrios La Tablada y San Jorge, donde también se registran hechos delictivos a diario.
Sin ir más lejos, ese mismo domingo a la madrugada, un hombre de 30 años identificado como Ricardo S. fue hasta la Comisaría Decimoprimera para denunciar que fue apuñalado por dos desconocidos que le robaron el celular.
El ataque fue cometido en la intersección de las avenidas Las Américas y Cocomarola. No son pocos los pesquisas que sospechan que los dos agresores serían los mismos que horas después prendieron fuego el auto de Rodríguez.
El mismo día, pero ya en horas de la mañana, en la cancha del barrio San Jorge, la Policía tuvo que desplegar un amplio operativo debido a una descomunal gresca. Según las fuentes, en el lugar se habría desatado un enfrentamiento entre dos bandas rivales y en esa situación fueron aprehendidos dos sujetos, identificados como Sergio D. (19) y Maximiliano D. (24), quienes además intentaron agredir a los policías intervinientes.
