“Creo que le acerté un corchazo”, habría dicho el sargento detenido

miércoles 04 de julio de 2018 | 4:30hs.
“Creo que le acerté un corchazo”, habría dicho el sargento detenido
“Creo que le acerté un corchazo”, habría dicho el sargento detenido
El desespero de la familia para contar que Arnaldo Alejandro Amarilla (33) murió como consecuencia de las balas policiales se basó en el testimonio de vecinos devenidos en testigos circunstanciales. Ellos contaron que el patrullero frenó de golpe estando casi frente a la víctima y uno de los uniformados comenzó a disparar una escopeta antidisturbios. 

Dijeron que lo hizo dos veces, teniendo de frente al hombre cuando estaba sentado en la vereda de la casa en la manzana 18 del barrio A3-2 y de atrás, cuando corrió para buscar refugio. 

Incluso hablaron de que el policía sindicado como autor regresó al lugar minutos después, se metió al patio y juntó evidencia (cartuchos y perdigones), para luego alejarse raudamente a bordo de un patrullero perteneciente a la Comisaría de la Mujer de Fátima (3-467), porque la Comisaría Décima no lo tiene.
Pero esa violenta secuencia -que derivó en muerte y que judicialmente se está investigando como un presunto caso de gatillo fácil- tuvo sustento, también, en los relatos de uniformados que participaron en los operativos realizados en el barrio por las peleas callejeras que ocurrieron entre el sábado a la noche y domingo a la madrugada. 

Algunos fueron testigos de lo que pasó y en sus declaraciones en sede policial habrían apuntado directamente hacia el mismo sargento que sindicó la familia del hombre baleado: Emanuel Esteban S. (32), aunque también aparece bastante comprometido el oficial subayudante David Salomón V. (30), quien continúa detenido al igual que su colega.

El Territorio confirmó que, en esa instancia de testimoniales, al menos cuatro uniformados con prestaciones en otra dependencia detallaron que, cuando llegaron a la zona a bordo de un patrullero (para prestar apoyo), desde otro móvil uno de los acusados les hizo señas para que lo sigan y que, estando cerca de la casa de Amarilla, el auto que iba enfrente se detuvo de forma repentina. Relataron que el sargento acusado portaba un arma larga (ithaca) que disparó inmediatamente contra el hombre que estaba en la vereda, debajo de un árbol, y que cuando éste se paró, efectuó el segundo disparo haciendo que corra hacia el interior de la casa.
Esa presunta actitud criminal deliberada del sargento los habría dejado sin comprender lo que estaba ocurriendo -habrían dicho- e, incluso, que eso se potenció cuando supuestamente le confesó a uno de sus camaradas: “Creo que le acerté un corchazo”, con cierto tono de preocupación.

Según fuentes de estricta reserva, en la misma sintonía habría declarado el chofer del patrullero utilizado por los ahora detenidos. Dijo que antes del episodio de los disparos pasaron frente a la casa de Amarilla y éste les habría insultado y amenazado con un cuchillo desde adentro. 

En esa instancia, declaró que regresaron a la dependencia hasta que horas mas tarde acudieron otra vez al lugar, pero en esa oportunidad el sargento llevó el arma antidisturbios y, estando a unos 30 metros de la casa de la víctima, el suboficial pidió que se detenga. 

Los dos acusados se bajaron, fueron hacia el hombre y fue en ese momento cuando se escuchó un primer estruendo, la víctima corrió hacia la casa y se escuchó otro disparo. Luego regresaron a la Comisaria Décima, los dejó y siguió camino hasta su dependencia. 

Disparos al aire
Con esos testimonios, sumados a lo que declaren los vecinos e incluso familiares de Amarilla, la situación procesal del sargento es más que complicada. Quedaría casi probada la hipótesis del gatillo fácil, aunque la conducta del otro efectivo que lo acompañaba también es analizada por el titular del Juzgado de Instrucción Penal Seis de Posadas, Ricardo Balor.

Una versión que pudo ser corroborada por este medio indica que el oficial subayudante habría instado a otro policía de guardia a dejar asentado en el libro de novedades que había una persona agresiva y el sargento efectuó disparos al aire y de manera disuasiva para alejar a esa persona, lo que no coincide con lo que declararon los demás.

En el transcurso de esta mañana, ambos serían llevados ante el magistrado, instancia en la que podrían elegir abstenerse de declarar. No trascendió qué imputación les cabría porque rige el secreto de sumario, pero podría ser por homicidio calificado.
En el ámbito policial, los dos involucrados fueron puestos en situación pasiva hasta tanto se conozca qué protagonismo tuvo cada uno en el asesinato. 

Evidencia en el cajón de la mesa

El allanamiento ordenado judicialmente en la Comisaria Décima permitió confirmar que habrían intentado esconder evidencia. Eso señalaron los testigos, que aseguraron ver a los uniformados juntando elementos donde ocurrieron los disparos y fue corroborado con el hallazgo de cartuchos detonados de escopeta Ithaca adentro de un cajón y debajo del escritorio de la guardia de la comisaria, además de cartuchos de calibre 9 milímetros sin detonar pertenecientes a las armas reglamentarias. Todo fue incautado a pedido de la Justicia y se supo que serán cotejados con los mismos elementos levantados de la escena del crimen. La pericia orientativa de guantelete de parafina habría dado positivo en el sargento. La cúpula de la Comisaría Décima fue desplazada y un nuevo jefe se hizo cargo el lunes.


Los acusados

Emanuel Esteban S. (32)
Es sargento. Estaba a cargo de los operativos en el barrio A3-2. Lo acusan de haber disparado contra Amarilla.

David Salomón V. (30)
Oficial subayudante. Está sindicado como quien acompañado al sargento y se investiga si habría pretendido dejar asentado en el libro de guardia que fueron disparos al aire.