Comerciantes pasan por una situación difícil

La localidad de Bernardo de Irigoyen sufre la crisis económica argentina desde 2016, la cual se va agravando más con el paso del tiempo debido a la inestabilidad del dólar, los cuadros tarifarios, las asimetrías, la inflación y la falta de trabajo. Esta situación se ve reflajada en todos los ámbitos de la ciudad fronteriza.
Si bien en Irigoyen gran parte de la población vive de la administración pública, el principal motor de la economía es el comercio.
En estos últimos años, el rubro se vio afectado por las bajas ventas. Hay comercios que se vieron obligados a cerrar sus puertas y otros optaron por despedir personal. Mientras, los que son más grandes tratan de mantenerse a flote y no reducir la plata de empleados, pero se vuelve complicado pagar los sueldos, los impuestos y los servicios.
 El intendente de la localidad, Guillermo Fernández, en conversación con El Territorio, advirtió sobre la gravedad de esta situación que pone a los comerciantes en una realidad difícil y que los obliga a despedir empleados o cerrar sus puertas.
“En estos últimos dos años entre un 60 y 90 por ciento del comercio se vio afectado por la caída en las ventas y este contexto adverso significa un golpe, incluso a las arcas del municipio ya que Irigoyen depende en un alto porcentaje de la actividad comercial”, subrayó el alcalde.
Asimismo, añadió que desde la comuna buscan alternativas  para mantener la recaudación. “Presentamos planes y propuestas de pago al contribuyente, pero sabemos que ante este panorama no le podemos exigir el pago de impuestos porque tampoco tienen de donde sacar”, indicó.

Más demanda de asistencia
Por otro lado, Fernández manifestó que se detectó un aumento considerable de pedidos de asistencia a Acción Social municipal.
En este punto, sostuvo que “tratamos de asistir a los más necesitados, pero también se nos vuelve difícil”.
Expuso que sumado a la asistencia que brindan, también se realizan relevamientos y se analiza los casos que son más urgentes.

Buscan trabajo en otras zonas
La complicada situación económica obliga a los padres de familias a rebuscarse en otras provincias o en Brasil, con el objetivo de traer el sustento a la casa. Para esto se alejan por 40 días o meses y someten a trabajos informales en raleo, cosechas o algunos -con suerte- en comercios.
En un relevamiento realizado por El Territorio sobre la situación actual de la localidad, el intenso movimiento que años atrás se observaba en las calles, hoy sólo es un recuerdo porque las arterias están desiertas.
Algunos comerciantes manifestaron que no pueden mantener sus puertas abiertas, porque no pueden pagar los alquileres, sumado a los gastos habituales de energía, impuestos y demás.
Al respecto, el presidente de la Cámara de Comercio local, Jorge Sosa, apuntó que “varios comercios cerraron sus puertas y dejaron a mucha gente sin empleo”.
Además, añadió que “si bien los grandes comercios tratan de mantener sus puertas abiertas  y de sostener la planta funcional de empleados, los mismos empresarios reconocieron que no pudieron evitar uno que otro despido”.