Cayó en Alem pervertido por obscenidades en la vía pública

viernes 17 de febrero de 2017 | 6:00hs.
Cayó en Alem pervertido por obscenidades en la vía pública
Cayó en Alem pervertido por obscenidades en la vía pública
Un hombre de 40 años fue detenido en la jornada de ayer, acusado de acosar en la calle a varias mujeres. Su aprehensión se concretó luego de la denuncia de una de ellas, pero los investigadores locales creen que son muchas más. Se movilizaba en una motocicleta y se tocaba las partes íntimas frente a sus víctimas. 
Los efectivos de la Comisaría Primera fueron los encargados de esposarlo, luego de que una publicación en Facebook –con su posterior denuncia– se haya viralizado en las redes sociales. El hombre, que fue identificado como Eduardo (40), se movilizaba en una Smash 110, que también fue secuestrada.
Mariela Horchuk tiene 20 años y trabaja como vendedora en una importante tienda de regalos del centro de la ciudad. Tras varios hechos de acoso en un camino que recorría rutinariamente, no dudó en exponer al presunto depravado, que - según expresaron fuentes consultadas - vive en el barrio Lopaczek y trabaja en un taller sobre la avenida Libertad.

Todos los miércoles
En diálogo con El Territorio, la joven expresó que ya había detectado al sátitro hace varias semanas. “Me estaba siguiendo hace un par de días,  la primera vez fue el miércoles  1 de febrero a las 13.15 más o menos, cuando me dirigía a clases de natación particular. Voy caminando por la calle Suipacha y noto que el señor éste me está siguiendo. Cruza una vez y da la vuelta a la cuadra dos veces más”, relató Mariela, que siguió caminando. 
No sería una situación aislada, sino la cronología de una obsesión que fue en aumento. Añadió que “el miércoles siguiente, a la misma hora, me intercepta con la moto roja en una esquina, siempre con el casco puesto”. Con la misma ropa de la vez anterior -remera blanca y pantalón de trabajo gris – el hombre sacó “su miembro masculino (sic) y empieza a masturbarse frente a mí”, aseveró Mariela. La joven lamentó que en ese momento “no tenía mi celular para grabar, pero le grité que era un viejo asqueroso y depravado y seguí mi camino rápidamente”.
El lugar elegido para exponer sus pervertidas prácticas es sobre las calles Timbó, Suipacha, y zonas aledañas. Son sólo 200 metros hasta Escuela Normal Superior Nº1 y misma distancia de la Escuela Provincial de Educación Técnica Nº9 y del Instituto Tecnológico Alem. Por ese cinturón de calles transitan en épocas de clases no menos de 3.500 estudiantes durante el día, lo que pone un manto de intranquilidad en los vecinos de la zona. También el lugar elegido está a sólo cinco cuadras de donde trabajaría.
La primera de las agresiones fue guardada por Mariela por pudor y vergüenza, ajena por cierto,  porque la víctima siempre fue ella. Hasta que “ayer  -por el miércoles - a la misma hora y a una cuadra de mi casa, me vuelve a pasar lo mismo. Pero esta vez tenía mi celular y le saqué un par de fotos en las cuales se nota la patente y que está con sus partes afuera”, siguió la entrevistada.  Con las pruebas decidió contarle a su entorno, entre los que se encontraba su patrón, que la instó a realizar la denuncia.
Es así que en la tarde del miércoles Mariela se dirigió a la Comisaría de la Mujer, “donde me tomaron el testimonio, mis datos,  me preguntaron si hubo alguna agresión física y sólo me dijeron que cualquier cosa les avise si se vuelve a acercarse a mí”, aseguró decepcionada. En esa instancia pidió una copia de la denuncia para tener una constancia, pero no se la quisieron dar.
Sin embargo, y para la tranquilidad de muchos, los uniformados ya habían iniciado una actuación de oficio por la repercusión de las redes sociales. Ese fue el último paso para su detención, ya que sabían de quién se trataba y cómo se movilizaba. 
Eduardo permanece ahora en una celda a la espera de determinaciones de las autoridades del Juzgado de Paz, a cargo del magistrado Santiago De Manso. Está acusado de "exhibiciones obscenas", por lo que no pasará mucho tiempo en prisión.
Según expresaron fuentes cercanas al hecho, otras mujeres habían padecido las mismas practicas del detenido, por lo que se espera que sus testimonios se incorporen.
Al menos tres de ellas se contactaron con la denunciante luego de que los hechos se hayan viralizado en la redes sociales, por lo que no se descarta que sean muchas más. “Se contactaron conmigo, pero por ahora no se aminaron a hacer la denuncia”, cerró la joven, esperanzada que su victimario vuelva a hacer de las suyas.