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Batalla rapera en Posadas

Ayer por la tarde se desarrolló en El Brete el campeonato de freestyle Tierra Santa. Cerca de 50 jóvenes misioneros participaron como competidores y espectadores.

sábado 30 de julio de 2016 | 6:00hs.
Batalla rapera en Posadas
Los jóvenes en plena ronda de rapeo, ensayan su arte antes de la batalla.
Los jóvenes en plena ronda de rapeo, ensayan su arte antes de la batalla.

En la tarde de ayer, el Bike Park ubicado en el cuarto tramo de la costanera posadeña se pobló de adolescentes y jóvenes que en círculos enunciaban rimas en la competencia de rapeo freestyle “Tierra Santa”. La cita convocó a participantes de la capital misionera y de Oberá, que se reunieron ávidos por poner a prueba su talento en el arte de la improvisación cantada.
Con 16 inscriptos, las denominadas “batallas” tuvieron a Killato, Filo, Juan y Parku, máximos exponentes del freestyle local, entre sus contendientes. En ese marco, el posadeño Killato (20) quien estudia para convertirse en técnico en sonorización y musicalización con medios electroacústicos, explicó a El Territorio que cada batalla contiene dos rounds, y cada round dura entre 40 segundos y un minuto.
En el primer round, denominado de ataque, uno de los raperos es el encargado de iniciar la contienda, y el otro se limita a responder. Mientras que en el segundo round, conocido como de respuesta, los papeles se invierten.
En cada batalla, el rapero va eliminando a sus adversarios hasta alcanzar la gloria. El ganador es definido por un jurado que califica la rima, la métrica, el contenido y el flow (fluir) de cada participante. “La rima es importante, pero no lo único. Se evalúa el contenido, no sólo que rime. El uso de la muletilla se ve mal, y también el insulto al adversario. Se valora más al que no agrede con insultos, sino con inteligencia”, puntualizó el rapero y estudiante de administración contable, Filo (21).

Una cultura en crecimiento
Hace cinco años atrás, los raperos “de estilo libre” comenzaron a regar de rimas la tierra colorada. El grupo, bautizado como crew Big Flow, en principio no superaba la media docena. Sin embargo, fue creciendo hasta convertirse en el organizador de todos los eventos de freestyle que se desarrollan en Misiones. “Al principio, cuando empezamos en 2012 éramos seis chicos que rapeábamos. Hoy en día, se pudo hacer crecer mucho la cultura del freestyle y hasta llegamos a los barrios. Para los chicos de los barrios, el freestyle es también una forma de poder liberarse de las complicaciones”.
En esa misma línea, su hermano Juan agregó: “En los barrios es muy popular. Cada vez hay más competencias. Estamos siempre en contacto con los chicos de los barrios”, mientras que el improvisador de rimas Filo replicó: “Es una forma de unir a los barrios. Mientras que otras culturas dividen, el hip-hop lo que hace es unir”.
Por su parte, Parku (19), representante de la Capital del Monte, contó: “En Oberá yo era el único, y ellos me invitaron a Tierra Santa, y luego juntos organizamos otro torneo en el Parque de las Naciones al que fue mucha gente. Ahora además de juntarnos, traemos raperos muy reconocidos de todo el país”. Tal es el caso del rapero Tata de Buenos Aires, que visitará la provincia el próximo 28 de agosto. Además de realizar una exhibición en la Peña Itapúa, también ofrecerá un taller de rimas.
Con años de experiencia en las competencias, Killato se destaca en la escena local al tiempo que advierte: “A los 13 años escuché por primera vez a un rapero freestyle y a los 15 ya estaba escribiendo mis letras, y haciendo mi propia música. Sin embargo, los nervios siempre están, por más que uno vaya pasando todas las batallas”. En ese marco, destacó que el secreto es la práctica constante. “Cuando empezamos nos juntábamos todos los sábados a practicar. Hoy, el grupo creció tanto que es imposible poner un día de práctica porque todos los fines de semana hay batallas. Así que cada uno practica por su lado”. Con la cabeza, Parku ratificó la información y apuntó: “El que hace freestyle todo el tiempo está entrenado. Camina por la calle y cuando ve un cartel, se le ocurren rimas”.
Dos horas más tarde, el sol comenzó a fundirse con el Paraná, mientras los raperos continuaban peleando descarnadas batallas con la lengua como espada.

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