2018-07-22

Reserva única con un gran potencial cultural y turístico

La Reserva Toropí (cuero de toro) se ubica en Colonia Progreso, a 8 kilómetros de Bella Vista, por la ruta provincial 27. El Territorio recorrió el lugar y pudo apreciar la cantidad de fósiles que hay en ese sitio que todavía no fue explotado turísticamente.
Para ir hasta allí se debe contratar el servicio de guías (cuesta 300 pesos por persona), ya que en la zona no hay servicios, y la mayor parte de la reserva son campos privados. Es recomendable llevar agua –no hay kioscos o despensas cerca- y ropa cómoda, porque la caminata dura unas dos horas.
Jorge Maidana y Luis Romero son, desde hace 5 años, guías del sitio y luego de trabajar unos años en el Paleo Museo, decidieron crear Toropí Trekking, una empresa dedicada a llevar turistas y visitantes a conocer la maravilla histórica.
“En los últimos años recibimos turistas de toda la Argentina, España y Uruguay y muchas delegaciones escolares. Los chicos son los que más cuidan la reserva y cuando nos visitan vienen pensando que van a ver dinosaurios y nosotros le explicamos que en Toropí estamos más cerca de los animales que se ven en la película La era de hielo y ahí van entendiendo el valor paleontológico que tenemos acá”, explicó Maidana.
Para ingresar se debe pasar un alambrado -no hay portal ni carteles- y ni bien se empieza a caminar por la cárcava (depresión) se dejan ver las formaciones geológicas Ituzaingó, Toropí, Yupoí y el suelo actual.
La cárcava erosionada por las aguas del arroyo Toropí tiene un ancho de cuatro kilómetros y una extensión de un kilómetro. Va desde la ruta provincial 27 hasta el río Paraná. Con cada lluvia se produce una gran erosión, lo que aumenta su tamaño y cuando bajan las aguas aparecen los restos fósiles de grandes mamíferos que habitaron la zona entre 120 mil y 30 mil años atrás.
“Los fósiles que se encuentran acá datan del Pleistoceno, que fue la penúltima época del período Cuaternario de la era Cenozoica”, contó Maidana.
En Toropí se han hallado fósiles de más de 35 especies que revelan que en esta zona de Corrientes era muy rica en biodiversidad. “Es muy grande no solamente en lo que hace al número de especies, sino también en cuanto a las formas. Los investigadores tienen registros de pequeños roedores de 600 o 700 gramos, hasta de enormes mastodontes, de cuatro o cinco toneladas”, contó.
Según los estudios de los últimos años se encontró un perezoso gigante (megaterio) que medía seis metros de alto y pesaba 4000 kilos, con cola muy robusta y fuertes garras. El Toxodon, que tenía un tamaño similar al de un rinoceronte y dientes espatulados para alimentarse de hierbas. El Gliptodonte, con aspecto similar a los actuales armadillos y la Macrauchenia, un cuadrúpedo herbívoro con una trompa como la del elefante pero más pequeña. También se encontraron restos de tortugas gigantes, con un tamaño similar a las que actualmente se encuentran en las Islas Galápagos, en Ecuador. “La mayoría son herbívoros, sólo hubo tres descubrimientos de carnívoros, entre los que destacan el tigre dientes de sable y un ocelote que lo sacaron en abril”, contó el guía. 
Uno de los elementos que caracteriza a este yacimiento es la improbabilidad de encontrar un animal completo. A diferencia de lo que sucede en otros yacimientos paleontológicos de similares características, donde el principal agente que sepultaba a los fósiles era el viento, en este caso fue dado por los grandes sistemas fluviales.
“Cuando aparece una costilla o una cabeza, se empieza a buscar hacia arriba o hacia abajo dependiendo de la parte, porque nunca están juntos. Nosotros cuando detectamos algo damos aviso al doctor Zurita y a sus investigadores, porque son los únicos autorizados a retirar las piezas”, explicó Maidana. 

Basura, vandalismo y falta de conciencia

Pasaron seis años desde que la reserva Toropí fue declarada 'Patrimonio Paleontológico de la Provincia de Corrientes' y pese a esa declaración poco se hizo para conservar las tierras ubicadas en Colonia Progreso. No hay cuidadores o guardaparques, lo que provoca que extraños ingresen y provoquen daños irreparables sobre los fósiles.
Desde el 31 de octubre del 2012, por iniciativa del entonces senador provincial Vicente Picó, la reserva de Toropí fue declarada con esa categoría mediante la ley provincial 6165/12.
“Cada vez que venimos juntamos basura que deja la gente. También nos encontramos con que intentan sacar restos y los dañan y pierden su valor. Mucha gente piensa que se pueden vender pero no tiene un valor económico sino más bien científico”, dijo ofuscado Maidana mientras recogía botellas y bolsas que dejaron extraños.
“En la parte donde está la cascada, al principio la gente iba y se podía bañar cuando hacía calor, pero el dueño de esos terrenos se cansó porque la gente no la cuidaba. Nosotros en su momento pusimos carteles pero los rompían; todavía no hay conciencia de lo que tenemos acá”, manifestó Romero. 

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