Agua bendita

... y paso a paso, Sporting quedó a tiró de su primer título doméstico en la Liga Posadeña de Fútbol. Los de Santo Pipó dieron vuelta el partido ante Crucero, se impusieron 2-1 como local y se ilusionan con dar la vuelta olímpica
domingo 13 de agosto de 2017 | 6:00hs.
Beso a beso
Beso a beso
Sporting está acostumbrado a los desafíos. Ayer sorteó uno más para ponerse en ventaja en la final de la Liga Posadeña y quedó a un paso de consagrarse por primera vez en el certamen capitalino.
Los de Santo Pipó dieron vuelta su partido ante Crucero del Norte como locales y vencieron al Colectivero por 2-1.
Las acciones no arrancaron bien para el local, porque en una de las primeras jugadas, Alejandro Torres Bonino encaró y dejó solo a Matías Amaya, quien con tranquilidad definió sin problemas para el 1-0.
Los dirigidos por Diego Millán no se desesperaron. Mantuvieron la misma idea de juego: recuperar la pelota en la mitad de la cancha, abrir las bandas y aprovechar la habilidad de Richard Núñez y Marcelo López.
De a poco Sporting arrinconó a Crucero, que a pesar de ir en ventaja cedió el dominio de la pelota e intentó jugar de contra, para explotar la velocidad de sus delanteros.
Avisó una y otra vez el local con remates desde afuera del área, con pelotas paradas y centros cruzados, hasta que pegó.
Richard Núñez apareció por el fondo del área y con un frentazo potente hizo estampó el 1-1. Guillermo Bachke había sido el pilar para defender la victoria de la visita, pero nada pudo hacer ante la buena definición del capitán de Sporting.

El agua cambió los planes
Arrancó el complemento y empezó a llover en Santo Pipó. En principio negocio para el local, que en el primer centro se puso arriba en el marcador.
Germán Alegre saltó más alto que todos y antes que Bachke, anticipó al ‘1’ de Crucero y marcó el 2-1, que sería definitivo.
Pero a medida que se fue mojando el campo de juego el que salió favorecido fue el Colectivero. Los defensores del conjunto de Santa Inés empezaron a meter pelotazos para los delanteros, que fueron siempre más rápidos que los defensores locales.
Ahí puso en juego la experiencia de los piposeños, que aguantaron el buen momento de los pibes de Crucero y desgastaron mentalmente a su rival. Empezó a fallar Facundo Ravelli en el mediocampo y Crucero quedó limitado a tirar centros malos, que terminaron en las manos de Walter Cuenca.
Sobre el final la desesperación le jugó una mala pasada a Matías Amaya, que vio la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado.
Sporting mostró nuevamente que es un equipo que ante la adversidad saca un plus y quedó a un paso de su primer título en la Liga Posadeña.