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A juicio por matar al vecino de un hachazo e intentar quemar el cuerpo

martes 19 de junio de 2018 | 5:00hs.
Desde un primer momento las sospechas apuntaron hacia dos sujetos que estuvieron bebiendo con la víctima, eran vecinos y se marcharon juntos del bar.
Fue la última vez que vieron con vida a Ramón Ángel De Lima (53), cuyo cadáver fue hallado el 29 de noviembre del 2016 dentro de un pozo, en una propiedad ubicada en inmediaciones al arroyó El Chapa, municipio de Colonia Alberdi.
De Lima fue ultimado de un hachazo en la cabeza y los homicidas habrían intentado incinerar el cuerpo. Además de la declaración de testigos, en una de las propiedades allanadas la Policía encontró un hacha con restos de cabellos y sangre de la víctima.
De esta forma cobró fuerza la sospecha sobre Jonathan Catriel Bustamente (21) y Juan Leonardo Jatof (41), éste último propietario del terreno donde encontraron el cadáver. Ambos fueron detenidos a las pocas horas del hallazgo.
Así, luego de un año y medio, serán sometidos a juicio oral y público como imputados por el homicidio de De Lima. En principio, el Tribunal Penal Uno fijó fecha de debate para los días jueves y viernes de esta semana y citó a 23 testigos.
El cuerpo será presidido por Francisco Aguirre, segundado por Lilia Avendaño y José Pablo Rivero. En tanto, los acusados serán defendidos por los abogados particulares María Cristina Salguero y Ramón Bridier.  Entre los testigos se hallan vecinos de los imputados y familiares de la víctima.   
“El cadáver estaba muy lastimado. Tenía toda la cabeza rota, golpes por el cuerpo y una mano casi amputada, sólo colgando de una piel. No hay palabras ni consuelo. Ni a un animal se le hace eso”, lamentó Virginia Inés De Lima (51), hermana del fallecido, en una entrevista con El Territorio.

El peor final
En las horas posteriores a la desaparición de la víctima, la familia De Lima fue recogiendo testimonios de testigos que lo vieron en compañía de los acusados, como también de vecinos que aseguraron haberlo escuchado pidiendo auxilio de manera desesperada.  
Precisamente, su hermana fue quien radicó la denuncia por la desaparición. La víctima trabajaba en labores de la chacra, era soltero y estaba a cargo de su padre de 80 años.
La última vez que lo vieron con vida fue el sábado 26 de noviembre del 2016. El lunes 29 por la mañana, como su hermano no regresó a la casa, la señora De Lima comenzó a indagar con vecinos y conocidos, por lo cual averiguó que los dos imputados y su hermano estuvieron en un bar de ruta 5 y luego se dirigieron hacia una chacra cercana al arroyo El Chapá, lugar donde el martes 29 encontraron el cadáver.
Al respecto, su hermana comentó que el 28 algunos familiares observaron al primero de los acusados caminando por la ruta 5, el sujeto llevaba lo que habría sido un bolso de la víctima.
En tanto, aseguró que el mismo día ella le comentó al segundo de los implicados que su hermano estaba desaparecido. La respuesta que le dio entonces, ante el hecho consumado, no hace más que atizar las sospechas.
“Como me dijeron que mi hermano estuvo tomando con él, le pregunté si sabía dónde andaba y me dijo que me quede tranquila, que había viajado a Jardín América, porque allá tenemos otro hermano. Aparte, me dijo: “si alguien le hizo algo a mi amigo le voy a dar una cintareada”, como haciéndose el buenito”, detalló indignada. 

Quisieron quemar el cuerpo
Sobre el homicidio, fuentes del caso mencionaron que se produjo entre la noche del sábado 26 y la madrugada del domingo 27, lapso en que algunos vecinos declararon haber escuchado gritos similares a una pelea y hasta pedidos de auxilio. Nadie intervino por la mala reputación del encargado del lugar, conocido por arreglar todo a los golpes.
En tanto, la familia de la víctima sospecha que los homicidas quisieron incinerar el cuerpo, puesto que en la propiedad donde se registró el hecho existe un horno para la fabricación de carbón. “Pero el domingo llovió y se ve que pudieron quemarle”, especularon.
En la escena del crimen, el vecino Pedro Sztarzuk confirmó que el cadáver fue sepultado desnudo, envuelto en una lona. Además, en base a presuntos rastros de sangre, trazó lo habría sido el recorrido final de la víctima.
“Se ve que Ramón se quiso defender y capaz salió corriendo. Por eso había varios rastros de sangre, y después le arrastraron hasta el pozo”, indicó el hombre. 

Por Daniel Villamea
fojacero@elterritorio.com.ar